Limón & vinagre Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Jordi Pujol, el hombre mayor que falló al joven que fue

Al 'expresident' solo le queda asistir al intento de resurrección moral que, al fin, es su principal obsesión, orquestada por él mismo, desde la atalaya de quien sabe que, en el fondo, está solo

Jordi Pujol, en la presentación de una reedición de ’Dels turons a l’altra banda del riu’, en Barcelona. / LAURA GUERRERO

No se puede asegurar con precisión que el proceso de reconstrucción de la figura de Jordi Pujol, la remisión de los pecados confesados en julio de 2014, la resurrección de la carne patriótica y la vida política perdurable, formen parte de una campaña diseñada por amigos o devotos, por colectivos como el llamado Tagamanent-Construir Catalunya, o por sí mismo. Pero sí que desde entonces, cuando se supo todo lo de la 'deixa' y cuando, después, se conocieron más detalles de la familia, que la fiscalía considera una “organización criminal”, ha habido una retahíla de episodios para recuperar la figura de quien, con apenas 10 años, subió justamente al Tagamanent (cima mítica) para contemplar el país devastado y escuchar las palabras de su tío Narcís: “Nos va a costar mucho rehacer todo esto”. En julio de 2020, Jordi Pujol volvió allí, con 90 años, y parece que consideró que todo lo que contemplaba estaba bien.