Arenas movedizas | Por Jorge Fauró Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Un globo, dos globos, tres globos

Lo malo no es que el globo chino haya registrado imágenes sensibles para la seguridad de EEUU. Lo peor es la posibilidad de que haya tomado, para vergüenza de la primera potencia mundial, escenas cotidianas de la vida diaria de ese país

Globo espía

Un globo. Sobre los cielos azulados de Carolina del Norte, un globo chino —espía, según los norteamericanos; climatológico, según el Gobierno asiático—sobrevuela una amplia superficie de terreno de la costa Este, salpimentada por cultivos de tabaco, soja y algodón, orgullo de la agricultura federal. Probablemente lo soltaron en Montana, en el noroeste. Durante los cinco días que anduvo en solitaria singladura por el espacio aéreo del estado que vio nacer a Ava Gardner, el artilugio tuvo tiempo suficiente de hacer un repaso somero de la vida diaria de los estadounidenses. Para sonrojo del Gobierno de Biden, lo preocupante no es que el armatoste haya podido espiar instalaciones sensibles para la inteligencia americana, sino que haya corroborado desde el aire la suerte de país en que se ha convertido la Meca del capitalismo.