El Barça recupera la respiración. Se nota en el juego, en el modo de hablar del juego, en la capacidad para hacer de lo que pasa una narración y no una tragedia. Los directivos son menos audibles, los profesionales del asunto son los que llevan la voz cantante, y los futbolistas parecen, como su entrenador, seres normales, expuestos, como decía Kipling, al triunfo y a la derrota, pero conscientes que se sale de ambas imposturas. El Barça es, otra vez, un club normal, y eso es verdaderamente extraordinario.
GOLPE FRANCO Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
El campo huele a orégano
Lewandowski agradece el apoyo del público del Camp Nou tras anotar dos goles ante el Villarreal.
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