Vivir en sociedad es administrar los conflictos. Y vivir en una sociedad democrática es hacerlo sin usar la violencia. Pero la manera de resolver los conflictos también depende de en qué términos se plantean. El pensamiento conservador tiene a organizarlos en torno a la identidad, ya sea cultural, étnica, religiosa o territorial. Lo acabamos de ver en la metedura de pata de Núñez Feijóo con el tema de Algeciras. Y lo vemos cada día en los aullidos de Vox. El pensamiento marxista tiende a organizarlos única y exclusivamente en términos de lucha de clases, propietarios contra asalariados, ricos contra pobres. Lo estamos viendo en la metedura de pata de Ione Belarra cargando contra los empresarios y lo vemos cada día en los aullidos de Pablo Iglesias desde las redes sociales.
Newsletter Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
La principal brecha
La edad condiciona hoy nuestro bienestar más que la etnia, la cultura o la clase social. Los políticos que se ocupen de ello están llamados a triunfar
Helen Mirren ’perrea’ en un acto con estudiantes de Harvard.
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