Newsletter Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Historias

Albert Aixalà, que fue abandonado cuando era niño. / FERRAN NADEU

Los periodistas y los diarios nos dedicamos a contar historias. Cuando nos cruzamos con una gran historia, salivamos porque imaginamos la reacción entusiasta de los lectores. Esta semana, hemos conseguido recoger en EL PERIÓDICO dos historias extraordinarias. Una procedente de otro diario de Prensa Ibérica, 'La Nueva España'. Se trata de un matrimonio de Oviedo que, tras 52 años de casados, murió con solo 45 minutos de diferencia. Los enterraron en un funeral conjunto que acabó siendo un homenaje a una vida plena. La muerte sería menos difícil de aceptar si pudiéramos decidir este tipo de detalles: fallecer ahorrándonos el sufrimiento de ver marcharse a los que más queremos. Cuando la ficción ha reflejado la posibilidad de una existencia eterna, en el resultado final siempre ha ganado el deseo de decidir el momento de la muerte más que la voluntad de desterrar esa posibilidad para siempre. Será que los seres finitos somos capaces de imaginar la eternidad pero no de gestionarla.