El desliz | Artículo de Pilar Garcés Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Jacinda Ardern no puede con su vida

La renuncia de la primera ministra de Nueva Zelanda es una pésima noticia para las mujeres, para el avance igualitario en terrenos vedados que pueden resumirse en el concepto ‘poder’

Jacinda Ardern anuncia su dimisión como primera ministra de Nueva Zelanda / AFP PHOTO / TVNZ via AFPTV

Dice el aforismo que si quieres que algo se haga se lo pidas a una mujer ocupada. Igual ha llegado el momento de dejar de pedirles tantas cosas a las mujeres ocupadas, y empezar a repartir tareas, responsabilidades y marrones. «No puedo con mi vida», reza el lema de una de las sudaderas más vendidas estas Navidades. Si te la ha regalado alguien que jamás se ofrece a echarte una mano, malo. Y peor si, como me pasó a mí, estás a un 'click' de comprártela para ti misma porque te ves muy representada, hasta que te das cuenta de que presumir de existencia arrastrada no resulta tan gracioso. Gracioso es ver de nuevo 'La vida de Brian', un asunto pendiente desde hace demasiado tiempo, o la sobremesa de la comida con las amigas que pospones y pospones. Si dices «no puedo con mi vida» con una sonrisa y un guiño estás buscando que te endosen otra tarea más, y la harás con eficacia. El cansancio, la única medalla que nos ponemos con orgullo. Parece que solo podemos vivir agotadas, pero no.