Jan Laporta, después del recital de Riad, afirmó satisfecho que el Barça había vuelto. Efectivamente, volvió un Barça seguro y dominante, efectivo y dinámico, con cuatro magos pasándose el balón como antaño, en una reconstrucción de lo que fue un diamante virtuoso. Pero llega la Liga y no vuelve el Barça anhelado sino el sopor, como si lo de Riad fuera un espejismo en el desierto. La excusa de Xavi es que el esfuerzo de la Supercopa puede que haya pasado factura (sobre todo mental). Da la sensación que los mismos que jugaron con fuego ante el Getafe no se acababan de creer lo que fueron capaces de hacer en Arabia, como si llegar a rozar la perfección fuera un reto demasiado exigente para un equipo que aún, por lo que parece, no está preparado para la belleza que fue.
Un sofá en el césped
¿Fue lo de Riad un espejismo?
Gavi, en pelea con los jugadores del Getafe. /
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