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La B-40 no es un bombardero

B - 40 tramo que ya está inaugurado y que conecta Viladecavalls con Terrassa / Josep Garcia

Parece el nombre de un bombardero de los Estados Unidos pero es el de una carretera que pretende circunvalar Barcelona, de ahí le viene la B. Y que pretende hacerlo en un radio a 40 kilómetros de la línea de la costa. De ahí le viene el 40, aunque parezca que corresponda a los años que lleva en danza. El desarrollismo tardofranquista ideó una serie de vías rápidas para voltear la capital catalana y las ordenó en función de su distancia respecto al litoral. La B-10 orilla la ciudad por la línea de la costa. La B-20 lo hace al pie de la sierra de Collserola. Y la B-30 lo hace justo en la otra ladera de esta cordillera. Estas tres vías rápidas se culminaron alrededor del consenso generado por los Juegos Olímpicos ya en democracia. Quedó pendiente la B-40, que pretende unir Vilafranca del Penedès con Mataró. Lleva estancada más de tres décadas como explica Cristina Buesa, nuestra experta en infraestructuras. Bordea algunos parajes naturales como lo hacen la B-20 y la B-30 pero la sensibilidad de hoy es otra respecto a hacer la vida fácil al transporte por carretera. Y los liderazgos políticos son otros. A los que les gusta comparar con Madrid, digamos que la capital del Estado ideó un mapa similar, en su caso a base de anillos porque no tiene costa, y la M-40 lleva años en funcionamiento. Incluso ya funciona la M-50.