Concretar fantasmas Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Un regalo de Reyes

Regalar un diario a una niña o a un niño puede ser regalarle una herramienta para convivir con su intimidad, colocarla fuera de sus tripas y de su cabeza por unos instantes y tal vez conducirle a una tregua consigo mismo

Beard / Beard

Dice Annie Ernaux en 'Mira las luces, amor mío': "He dejado de escribir mi diario. Como cada vez que dejo de registrar el presente, tengo la impresión de retirarme del movimiento del mundo, de renunciar a decir no solo mi época sino a verla. Porque ver para escribir, es ver de otra manera. Es distinguir objetos, individuos, mecanismos y otorgarles valor de existencia".También yo escribo un diario, aunque no a diario. El modo en el que escribo no suele ser ni escritura automática para vaciar o tomar conciencia de los acontecimientos y pensamientos y revisarlos, ni una reflexión ingeniosa sobre lo vivido, que sería la aspiración secreta y a la vez paralizante de esta vanidosa autora. Escribo… no sé ni cómo ni para qué, porque rara vez los releo (me da repelús volver a mi yo antiguo) pero acumulo diarios desde que soy adolescente, incluso antes. Mi primer diario tenía una pequeña cerradura con una llavecita dorada, sus cubiertas imitaban piel y tenía grabado en la portada con letra inglesa "Mi diario". ¿Quién me lo regalaría? ¿Fue un regalo de Reyes? Me parecía un tesoro sacado directamente de una película, del mundo de la fantasía. Tiene las veinte primeras páginas arrancadas en un ataque de autocensura. Volcaba en ellas mi indignación contra mi madre y en un momento dado ese alivio pesó sobre mi conciencia. Me devolvía una imagen de mí misma poco grata, la de una mala hija, una mala niña. Así que un buen día en que me llené de buenos propósitos (ser buena, es decir no ser yo, sino ser mejor que yo, ser otra parecida a mí, pero no yo era un deseo constante en mi infancia, ser buena como los personajes de los libros, tranquila, obediente, complaciente, justa, templada de carácter, limpia, ordenada, productiva, voluntariosa y alegre), arranqué las páginas y las destruí.