Artículo de Imma Sust Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

¡Elvis ha vuelto!

No cuesta demasiado ser feliz si los que te rodean están sanos y son personas bonitas

Una cena navideña.

Las mejores tradiciones son las que se crea uno mismo. Aunque la pandemia nos ha estropeado alguna que otra, este año parece que todo ha vuelto a la normalidad. Mi tradición de Nochevieja es muy simple, pero me llena de felicidad. Cojo el metro cargada de comida y voy a cenar con mis amigos a casa de Pep. Sin hijos y sin parejas. Los amigos de verdad, en plan ‘Los amigos de Peter’. Una vez sentados a la mesa y antes de las campanadas, pronunciamos en voz alta tres deseos que le pedimos al nuevo año. Yo he pedido dinero, amor y alegría. He pasado de la salud, que cae cada año, pero la necesidad de alegría y de que me sorprendan me puede. Y sin saberlo, el destino me tenía preparada una sorpresa de las buenas. Algo que pasaba cada Nochevieja antes del confinamiento y que mi cabeza había olvidado por completo. El Elvis del Metro. Un señor que cada fin de año se viste como el rey del rock y nos canta a todos los ‘losers’ que hacemos el trasbordo en la estación de Diagonal.