Hoy no ha sonado el despertador. Habrá sido por mi culpa y no me voy a quejar porque contra las máquinas no se puede luchar. Hoy necesitaba el aviso del despertador porque tenía que levantarme pronto para pensar algo para esta columna y dejarla escrita antes de ir a 'trabajar', pero no ha sonado el despertador y mi día ha descarrilado al completo, porque una vez rota la secuencia prevista ya nada me salva del 'todo mal'. He ido a una rueda de prensa, he llegado después al periódico y no he tenido tiempo para pensar, pero la columna la tengo que enviar ya y ni siquiera sé qué voy a contar. El caso es que hoy no ha sonado el despertador y por eso estoy ahora comiendo mini bollycaos y almendras fritas con sal mientras alterno los traguitos de Nestea con las caricias al teclado del ordenador.
Barraca y Tangana
El despertador
El fútbol plantea siempre desafíos a la inteligencia y los que venimos detrás contamos con ventaja: los que llegaron antes llevan un siglo ensayando por nosotros las respuestas
Palazón, jugador del Rayo, intenta cerrar el paso al defensa del Girona, Miguel /
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