Gárgolas | Artículo de Josep Maria Fonalleras Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Quien dice árboles, dice Messi

Hubiera sido muy cínico, muy cruel, que Irán hubiera asesinado a Nasr-Azadani durante la Copa del Mundo. Ahora tienen libre el camino de la ignominia

El futbolista iraní Amir Nasr-Azadani

Antes de la final del Mundial, el gerente cultural y filósofo Xavier Fina imaginó en un tuit una escena que habría sido gloriosa. Una conferencia de prensa conjunta de Messi y Mbappé que anunciara que no jugarían el partido hasta que el régimen de los ayatolás de Irán no liberara al jugador Amir Nasr-Azadani, condenado a muerte por "enemistarse con Dios”. Terminaba casi con una súplica: "Por el fútbol decente". Futbolistas como Bartra, por ejemplo, también clamaron por la justicia y dijeron que no podíamos mirar hacia otro lado, olvidando un acto tan cruel. Y el sindicato de futbolistas profesionales y algunas organizaciones humanitarias. E incluso un tiktoker argentino, Rodrigo Rumi, quien, sin ocultar la devoción por la selección, exigió gestos solidarios. Como era de suponer, no hubo ninguno. Ni siquiera una protesta simbólica, menor, las declaraciones de alguien, incluso si era el responsable de colocar bien las camisetas en el vestuario. Y, por supuesto, esta FIFA insensible y corrupta tampoco. Hubiera sido muy cínico, muy cruel, que Irán hubiera asesinado a Nasr-Azadani durante la Copa del Mundo o unas horas antes del encuentro decisivo. O habría sido un error de cálculo, porque en ese momento algunos cementos sí que podrían haberse tambaleado. Ahora tienen libre el camino de la ignominia. Podrán colgar tranquilamente al futbolista, como ya han hecho con otros activistas, en esta orgía de represión que estamos viviendo. 

Temas

Messi FIFA