Las cosas han acabado peor de lo que empezaron. El paso de los días ha logrado el objetivo que perseguían los cínicos: hemos dejado de hablar de los derechos humanos en Qatar y nos hemos centrado en el fútbol. Las supuestas bondades de la celebración del Mundial en un país gobernado por una dictadura como reclamo para denunciar la situación de las mujeres, de los trabajadores y de los disidentes no se han visto por ningún lado. Al contrario, los jefes de Estado de los países democráticos se han dejado ver con el emir a todas horas y han aprovechado para intentar hacer negocio como siempre, bajo mano. Para acabarlo de rematar, Emilio Pérez de Rozas ha explicado que la final que veremos el domingo, Argentina-Francia, Messi-Mbappé, es justa la que querían los catarís cuando se compraron el PSG y compraron el Mundial. No se pierdan la charla que ha tenido Emilio con Sergi Mas en el Pódcast de EL PERIODICO. Y el final del Mundial coincide con el 'Catargate' en el Parlamento europeo del que explicamos las principales claves. En resumen, la dictadura de Qatar sale reforzada después del Mundial, su manera de hacer negocios se impone en el jardín europeo y el cinismo gana, una vez más.
NEWSLETTER Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Qatar, de mal en peor
Una imagen de Doha, capital de Qatr
Temas
Lo más visto
- Las jugadoras del Barça se tuvieron que poner ellas mismas las medallas de campeonas
- Una madre y una hija farmacéuticas y un directivo de una empresa química, las víctimas catalanas del ataque terrorista en Afganistán
- Qué está pasando con el atún en lata y por qué recomiendan reducir el consumo
- La portada de EL PERIÓDICO del 19 de mayo de 2024
- Un control de los Mossos en la C-65 se salda con 112 denuncias a transportistas