Artículo de Care Santos Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Niños adultos

Las grandes compañías están lanzando juguetes no para los más pequeños, sino para sus talludos padres y madres

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Dicen que los seres humanos no cambiamos, solo envejecemos. Ocurre, sin embargo, que ahora nadie quiere hacerse mayor. Ser mayor no mola. La adolescencia dura hasta los 25. La madurez, hasta los 70. Los 50 de hoy, nos dicen, son los 40 de hace un cuarto de siglo. Hay un género literario al que han bautizado como 'New Adulty' que busca interpelar a lectores de hasta 35. La palabra madurez no goza de prestigio. Algunos la toman por un insulto. Cada vez que le digo a alguien que me considero una mujer madura, salta alguien que me corrige: «Pero si aún eres joven». Por todas partes abundan esos latosos vestigios de eterna juventud. En algunos casos, de infancia eterna. No es que quiera ser vieja, entiéndanme. Es que me niego a considerarme una jovencita sin fecha de caducidad. Primero, porque no lo soy y segundo porque cuando lo fui no lo disfruté tanto. Todo lo contrario: no me cambiaría por la de 25 ni en mis peores momentos. Y creo que no soy la única.