Xavier Trias se presenta ligero de equipaje: solo un nombre y un talante. Un nombre que es el suyo. En vez de programa, cuatro vaguedades que contraponen el orgullo ciudadano de sus posibles votantes a la suciedad de las calles. Tanto es así que en el único mensaje político de su gala de presentación lamentaba que Convergència se hubiera hecho el harakiri, al contrario de PP y PSOE en situaciones similares. Trias fue el alcalde convergente y ahora ha vuelto a introducir la cartulina con su nombre en el bombo que adjudicará la alcaldía: Maragall, Colau, Collboni, o él mismo. Dice que tiene un sondeo que le pronostica victoria, pero aunque así fuera, la vara no será para el que gane sino para quien sume más apoyo de concejales de otras formaciones.
Artículo de Xavier Bru de Sala
Bombo electoral: Trias tiene tres bolas negras
Hay un antes y un después del tropiezo de Junts con los propios cataplines y la consiguiente precipitación en el gélido pero combativo abismo del radicalismo
Xavier Trias. /
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