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Feminidad/Masculinidad

Imagen de archivo de Carla Toscano, parlamentaria de Vox, con una camiseta con el lema ’Not me too’, en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados. / Alberto Ortega / Europa Press

El reportaje que publicamos sobre el efecto rebote de las medidas contra el machismo entre los adolescentes ha dado mucho que hablar. Más de una feminista me ha dicho: "algo estamos haciendo mal". Todos los cuerpos sufren espasmos en el momento del deceso. El fin del machismo banal tiene desconcertados a muchos congéneres. Negacionistas y rebotados son carne de cañón de la guerra cultural con la que la extrema derecha quiere reconquistar el poder político. Pero el camino recorrido ya no tiene vuelta atrás. La simple aplicación de los derechos humanos hace del feminismo un fenómeno llamado a imponerse por encima de la ideologías. Ese es el camino que lo hace imparable. Lo que ocurre es que cuando las mujeres tienen efectivamente los mismos derechos que los hombres, los hombres no pueden ser hombres como lo eran antes. De la misma manera que las mujeres no tienen porque comportarse de acuerdo a las reglas de la masculinidad para conseguir la igualdad. No es pues, una boutade académica, hablar de nuevas masculinidades y de nuevas feminidades.