Si se llevara a cabo una evaluación de la decisión, por parte de la FIFA, de asignar la organización de la Copa del Mundo a Qatar se podría llevar a cabo un examen 'ex ante' y 'ex post' respecto de si sus principios éticos han sido tomados en consideración. En el primer caso, nos encontraríamos con que el proceso de asignación no tuvo en cuenta la situación política del país, la de las minorías oprimidas, la regulación laboral -la vigencia de un sistema semiesclavista, la 'kafala'- o incluso, las condiciones medioambientales para el desarrollo de la Copa del Mundo. Por otro lado, hay sospechas muy sólidas de que el proceso de votación no solo fue poco transparente sino que hubo compra de votos por parte de la delegación qatarí. Así pues, dudosamente, la designación por parte de FIFA superaría el examen 'ex ante'.
Mundial de fútbol Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Qatar: aprender de los horrores
De cara al futuro sería fructífero que las organizaciones deportivas tuvieran la posibilidad de contrastar empíricamente el logro de avances respecto de los derechos humanos, democracia o condiciones laborales
Estadio al-Thumama de Qatar.
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