Los nacionalismos tienen un problema de base: consideran que su territorio roza la perfección. De entrada y de salida. Da igual de dónde sea. Catalán, español, francés, italiano, alemán o japonés. Más a la derecha o a la izquierda. Siempre basa su concepción de sociedad como diferente y única. Y cuando algo sale mal, el problema es siempre externo y, por lo tanto, se convierten en víctima del otro.
Artículo de Álex Sàlmon
Nacionalismos únicos
Cuando algo sale mal, el problema es siempre externo y, por lo tanto, se convierten en víctima del otro
Archivo - El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol en una foto de archivo
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