Una ministra haciendo pucheros en el banco azul porque lo que le han dicho está feo es un quiero y no puedo. Si de verdad pretende Irene Montero que la gente olvide su última chapuza con la ley del ‘solo sí es sí’, debería haberse puesto a llorar como una doncella ultrajada, con un simple amago de soltar la lágrima no vamos a ninguna parte. Ni siquiera creo que los jueces se apiaden de ella y dejen de rebajar las penas a los condenados en firme, si era ese el objetivo de sus lacrimógenas muecas.
Artículo de Albert Soler Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Estudiando a Pablo Iglesias
Supongo que los mohínes de la ministra se debieron a que la acusaran de estudiar a un tipo insustancial, y encima –en el colmo del machismo– un hombre
La ministra de Igualdad, Irene Montero.
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