Limón & vinagre | Artículo de Josep Cuní Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Luis Enrique: la fuerza de un carácter

Durante su larga trayectoria ha tenido que batallar tanto o más contra la crítica áspera y desagradable que caer en la tentación de sucumbir al aplauso agradecido y cegador

Luis Enrique celebra el cuarto gol, anotado por Ferran Torres / REUTERS/Carl Recine

El fútbol es la única religión que no tiene ateos. Lo soltó Eduardo Galeano mientras seguía denunciando lo que mostraban las venas abiertas de América Latina. Los mismos circuitos por los que transcurre una pasión tan irrefrenable por el fútbol como la que él sintió desde chico. Aquella que le llevó a admitir que una melancolía irremediable se instalaba en su ánimo en dos momentos concretos: después de hacer el amor y al final de un partido.