Pobreza y presupuestos

El 89% de hogares con niños, niñas y adolescentes atendidos por Cáritas Barcelona se encuentra en situación de pobreza severa. Es lo que constata el informe ‘Cuidar y crecer en fragilidad: familias, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad’ elaborado por Cáritas en base a entrevistas y datos del Informe Foessa. El estudio revela que a pesar de que el 91% de estos hogares tiene ingresos, estos no superan los 850 euros mensuales. También, que el 51,5% de padres y madres que trabajan lo hacen a jornada parcial porque no encuentran otra alternativa, y que el 45,7% lo hace sin contrato. La situación de precariedad de las familias se traduce en grandes carencias. El 60% no dispone de una vivienda digna. Viven realojadas, en infraviviendas o en espacios que no reúnen las condiciones mínimas de habitabilidad. También se traduce en problemas de salud mental al punto que dos de cada tres padres y madres y tres de cada cinco niños, niñas y adolescentes se encuentran en situación de sufrimiento psicoemocional, el triple que la media de la población. Es un escenario que, lejos de mejorar, en los próximos meses podría volverse más dramático como consecuencia de la crisis energética y la inflación, que llegan en un momento especialmente crítico. La Fundación Foessa recordaba a principios de noviembre que las familias están destinando casi toda su capacidad de gasto a cuestiones básicas como vivienda, facturas energéticas y alimentación, en concreto 80 de cada 100 euros. Constataba también que una parte importante de los hogares se ha visto obligado a recortar en cuestiones esenciales como la carne, el pescado, la fruta y la verdura, indispensables para el desarrollo infantil. Las entidades, las oenegés, los informes, nos interpelan porque hay madres, padres, niños y niñas que necesitan políticas públicas que mitiguen y eviten que las situaciones de pobreza, especialmente la pobreza infantil, que causa daños irreversibles, se profundicen. Nos interpelan también para que Catalunya cuente con unos nuevos presupuestos. Unos que estén diseñados para hacer frente a las necesidades surgidas de la crisis económica y social y que permitan incorporar los 3.098 millones de euros que Catalunya perderá si el Govern prorroga las cuentas actuales. Renunciar a unos nuevos presupuestos significa renunciar a medidas sociales que permitirían evitar que las personas más vulnerables sean las grandes perjudicadas de esta crisis. Lo recordaba la Taula del Tercer Sector con motivo del Día Internacional de Erradicación de la Pobreza: estos presupuestos son una herramienta clave para dar respuesta a la pobreza y la exclusión social creciente. Porque son el instrumento para reorganizar los gastos en base al contexto actual, que va mucho más allá de las consecuencias derivadas de la pandemia. Ahora se han sumado las consecuencias de la guerra en Ucrania, de la crisis energética y alimentaria y de una alta inflación. También son claves porque permitirían sumar esos 3.098 millones de euros a las cuentas de 2023 gracias al aumento del techo del gasto no financiero del que no se dispondrá si no se aprueban unos nuevos presupuestos. Estos recursos se podrían destinar, por ejemplo, a que la Renta Garantizada de Ciudadanía llegara a las familias que más la necesitan. Según los datos del Govern, actualmente solo la reciben 173.886 personas en Catalunya, a pesar de que se estima que dos millones se encuentran en situación de pobreza y 691.000 en pobreza severa. En su libro ‘¿La riqueza de unos nos beneficia a todos?’, Zygmunt Bauman se preguntaba por qué la idea de organizar las sociedades en torno al concepto de equidad y a la máxima del bienestar común se había convertido en una especie de utopía inalcanzable, al mismo tiempo que solo se consideraba realista afirmar que la desigualdad era el único horizonte de futuro posible. Nos proponía otra manera de hacer las cosas, porque la exclusión es una lacra que nos perjudica globalmente como sociedad. En realidad, organizarnos para priorizar el bienestar común sobre los intereses circunstanciales y partidistas es la forma más realista y responsable de abordar un futuro incierto y una situación económica y social sin precedentes.

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