Limón & vinagre | Artículo de Jorge Fauró Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Victoria Rosell: el feminismo que se pierde entre el ruido

La carrera política de la magistrada siempre parece ubicada en el peor sitio y en el peor momento. Un juez corrupto y las lagunas legales del «sí es sí» la relegan al papel de eterna candidata a puestos de más relevancia

La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell.

Victoria Rosell (Murcia, 54 años) no tiene suerte en la vida. Al menos, en su vida profesional ligada a la política. Por fas o por nefás. Tras 18 años de carrera judicial en las Islas Canarias y su decisión de encabezar en Las Palmas la lista de Podemos al Congreso en 2015, la conspiración diseñada contra ella por un juez conservador con ambiciones de arribismo y hoy en prisión por aquella urdimbre le cortó las alas. Regresó a la arena cuatro años más tarde resarcida en su honor, pero aquel feminismo que predicaba la formación de Pablo Iglesias ya tenía entonces otras apuestas en el escaparate (Montero, Belarra, Díaz). Volvió de diputada rasa hasta su nombramiento en 2020 como delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, un puesto en el tercer escalón tras los de ministra de Igualdad y el de secretaria de Estado.