Barraca y tangana

Este Mundial raro

La selección de Costa Rica, primer rival de España, a su llegada a Qatar. / FIFA

A medida que envejezco agudizo mi debilidad física. Recuerdo que empecé tan fuerte el Mundial de 2014 que escribí un artículo avisando de que no iba a llegar vivo a los cruces de octavos. Esa primera fase la pasé recibiendo a amigos en casa, jornada tras jornada. Ellos iban rotando, pero yo era siempre el mismo porque estaba de vacaciones, y me vi envuelto en una dinámica devastadora. La dieta de los campeones: barriles de cerveza, aperitivos aceitosos y pizzas congeladas. Así veíamos dos, tres o cuatro partidos al día, los que fueran, hasta que los demás se iban a sus casas y yo me esforzaba para no dormir en el sofá, y llegaba como podía dando tumbos a la cama.