Esta semana se han conocido los primeros efectos de la ley del ‘sí es sí’, una ley nacida al calor de la sentencia de La manada con el claro objetivo de endurecer los delitos relativos al abuso y la agresión sexual por medio de una modificación de los tipos penales y que, paradójicamente, ha acabado teniendo como resultado la reducción de las penas de algunos condenados por delitos sexuales que se han podido acoger al principio de la aplicación de la norma más favorable que contempla la Constitución. Este resultado, que bajo ningún concepto puede considerarse inesperado o fruto del machismo de los jueces ya que numerosos juristas habían alertado del peligro de que esto sucediese, debería servir para conjurar las tentaciones del populismo punitivo, de la legislación 'ad hoc' y para reforzar la prudencia que debe guiar cualquier reforma legislativa para evitar que se acaben exacerbando las situaciones que se busca remediar.
Artículo de Astrid Barrio Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Malas leyes, jueces en apuros
Se descuida la tipificación como delito de conductas de políticos que desde las instituciones subvierten el orden constitucional para satisfacer sus objetivos, que fue exactamente lo que sucedió en otoño de 2017
Togas y puñetas de varios jueces del Tribunal Supremo. /
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