El martes a mediodía se presentó en Barcelona, en el pabellón Mies van der Rohe, una intervención artística, a cargo de arquitectos polacos y biólogos catalanes, consistente en repoblar con nenúfares blancos el estanque anejo. De hecho, los diseñadores del edificio, Ludwig Mies van der Rohe y la (a veces) injustamente olvidada Lilly Reich, proyectaron el edificio estandarte de Alemania para la Exposición Universal de 1929 con un lago artificial rectangular, un espejo rebosante de plantas acuáticas, como atestiguan las fotografías de la época, con sus 'canotiers' y sombrillas. En el proceso, la instalación ha recuperado uno de los últimos nenúfares silvestres de Catalunya, procedente del delta del Ebro, así como insectos autóctonos, según la tendencia del paisajismo urbano: la creación de pequeños microclimas.
La espiral de la libreta Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Los nenúfares de Claude Monet como emblema
Sobre una intervención artística en el pabellón Mies van der Rohe de Montjuïc
Una de las pinturas de la serie ’Nenúfares’ de Claude Monet. /
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