Arenas movedizas | Por Jorge Fauró Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

¡Elon, acaba con todos!

El nuevo dueño de Twitter pretende utilizar la vieja y errónea táctica de los bares de copas: subir el precio de las consumiciones para zafarse de clientes no deseados. Al principio funciona; al final, o vuelven los precios antiguos o el bar acaba cerrando

Elon Musk

Ignoro cómo fueron los orígenes de Twitter. Yo no estaba allí. Yo fui de los que en 2008 se sumaron a Facebook con la primera intención de encontrar a aquella chica del colegio que me rompió el corazón. Durante algún tiempo anduve haciendo el bobo publicando la foto de la barbacoa del fin de semana y aquellas otras de viajes a Estados Unidos y a Francia tratando de amarrar la Torre Eiffel entre los dedos. La novedad. Quien asegure que jamás ha hecho nada semejante, un rayo le parta. Con Facebook nació el 'postureo'. Tengo amigos y amigas que han salido fotografiados con más supuestas parejas que mujeres y hombres han conocido a lo largo de toda su vida, incluido el parvulario. Facebook representa esa generación de internautas que antes del final del milenio pasó en una noche del anonimato de ICQ, el IRC Hispano y Netmeeting a la exposición en carne viva de la falsa apariencia, esa parte de la población que con los años ha ido incorporándose a las prejubilaciones y ya solo lee esquelas en la red de Zuckerberg. «Hoy ha fallecido la persona que más me ha querido, etcétera».