A mí me parece de perlas que para acabar con el conflicto catalán se eliminen delitos del Código Penal; para acabar con un conflicto todo vale, hasta suprimir el propio Código Penal si se tercia, que los conflictos son muy feos. El problema es que, por más que lo busco, no hallo este famoso conflicto catalán. Salgo de buena mañana de casa, me tomo un café en La Tahona y no veo conflicto alguno entre los parroquianos, a no ser que el día anterior hubiera fútbol. De camino al periódico, me fijo en los viandantes y están como siempre, sin conflicto a la vista. Los semáforos funcionan, esquivo bicicletas y patinetes con la habilidad que otorga la experiencia, hablo con conocidos, los aviones surcan el cielo, las fuentes sueltan agua, se vende lotería de Navidad y estamos todos esperando que empiece el Mundial porque nos importa un bledo que se celebre en Qatar. A saber dónde debe estar el famoso conflicto que obliga a reformar leyes para resolverlo. Habrá que preguntarle a Pedro Sánchez.
Artículo de Albert Soler Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Buscando el conflicto catalán
No es que para solucionar eso no haga falta reformar ley alguna, es que solucionar eso ni siquiera merece la pena
Puigdemont y Junqueras, en una fotografía de archivo. /
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