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Trump pierde fuelle pero sigue vivo

El expresidente de EEUU Donald Trump, durante un mitin en Dayton, Ohio, este lunes. / GAELEN MORSE (REUTERS)

La política norteamericana es demasiado compleja para que la podamos entender desde este lado del Atlántico. En general, Europa -desde la izquierda pero también desde la derecha convencionales- siente más proximidad con los presidentes y los candidatos demócratas. Reagan, los Bush y, no hay ni que decirlo, Trump generan una animadversión que hace incluso que se cuestione, desde las tribunas europeas, la cordura de los votantes que los encumbran. A Trump hay que aceptarlo como la libre opción de los votantes siempre que Trump acepte las reglas del juego, cosa que no siempre hace cuando el resultado le es adverso.