La ley de 'start-ups', por Carlos Blanco

Tras muchos años de reivindicación por parte del ecosistema de 'start-ups' e inversores parece que por fin tendremos una ley que regule toda la actividad del ecosistema digital, las conocidas como 'start-ups.' Es algo que se empezó a negociar en la etapa del PP con Álvaro Nadal a la cabeza pero ha sido el PSOE con Paco Polo, Nadia Calviño y Carme Artigas quien la ha impulsado con el apoyo de distintas asociaciones del sector como ADigital, SpainCap, Tech Barcelona y muchas otras. Creo que ha sido muy positivo que nos hayan consultado y hemos podido opinar para poder crear una ley positiva para todos. Desde las distintas asociaciones nos hemos reunido con distintos partidos políticos para pedir el apoyo masivo en la aprobación de la ley. Ha sido clave el papel de Nadia Calviño, ya que su rol es superior a otros gobiernos previos y ha permitido mayores concesiones del 'recortador' Ministerio de Hacienda. Como aspecto más positivo destacaría que la nueva ley nos equipara con los principales países europeos en el sector tecnológico y es un primer paso positivo para empatarnos con Europa. Aunque personalmente habría aprovechado la oportunidad para atraer a emprendedores e inversores europeos para que creen sus empresas y vehículos en España, con una fiscalidad y legislación mejor a la del resto de Europa. Creo que hemos perdido una oportunidad de incentivar la economía digital a través de una bonificación en la contratación de empleados durante las etapas iniciales. Lo que más me gusta es la nueva regulación de las 'stock options', aunque habrá que ver el redactado final, ya que la ley actual hacia imposible el uso de estos incentivos para atraer talento dentro de las 'start-ups' españolas. Las empresas digitales usamos las 'phantom shares', un mecanismo que provoca que la tributación en caso de vender la empresa sea como rendimientos del trabajo en lugar de beneficios empresariales con el doble de impuestos. Lo importante es que nadie tribute hasta que no haya un éxito económico y que si la 'start-up' quiebra no provoque contingencias fiscales a quienes tuvieran 'stock options'. Muy importante las mejoras fiscales para inversores, en especial los gestores de fondos de capital riesgo, que tendremos una fiscalidad similar a la del resto de 'Venture capitals' (VC) europeos tributando por beneficios en lugar de rendimientos del trabajo. Mariya Gabriel, comisaria europea de innovación, ya comentó en 2021 que le gustaría lograr una armonización fiscal para emprendedores y fondos de VC europeos. Me parece poco relevante, aunque creo que provocará quejas de otros sectores profesionales, la rebaja fiscal del impuesto de sociedades al 15%. La realidad es que más del 95% de las 'start-ups' no son rentables en sus primeros años, así que el impacto fiscal de esta medida para mi será muy bajo aunque seguro que le darán mucho bombo y platillo. Creo que Hacienda nos la “ha colado” ya que tendremos menos bonificaciones fiscales acumuladas cuando seamos rentables. En los borradores iniciales advertimos una mala definición de los emprendedores en serie, a quienes solo se les permitía tener la consideración de 'start-up' a sus primeras 2 o 3 empresas, y al final parece que serán 4 lo cual no considero correcto. Entendía la explicación del Ministerio de economía que quería evitar que “empresas de consultoría y servicios” tratarán de colarse como 'start-up' y que fueran creando sucesivas empresas para pagar menos impuestos. Yo creo que eso se tiene que solucionar con unos buenos filtros de qué es una 'start-up' y qué no lo es. Hay suficientes entidades gubernamentales, como Enisa, que están cualificados para ello sin ser tan duros con la regulación. No solo Enisa debería estar autorizado para decidir qué es una 'start-up', en un país con múltiples autonomías que apuestan por la innovación hubiera sido bueno también que Acció, XesGalicia o el Institut Valencià de Finances (IVF ) pudieran ser también participes de este proceso.

La ley de 'start-ups': una ley positiva para todos

La nueva ley nos equipará con los principales países europeos en el sector tecnológico y es un primer paso positivo para empatarnos con Europa

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