En el vestíbulo de la finca donde vivo, un grupo de treintañeros, una media docena larga, conversa junto a sus equipajes. Unos de pie, los otros sentados, pero todos comiendo de la caja dos pizzas barbacoa. Transmutada en la vieja del visillo, averiguo: son guiris, parecen bastante educados y están aguardando a que el enlace del piso turístico acuda a traerles la llave para acceder al inmueble. Así es: tras el paréntesis de la pandemia, regresan a Barcelona los pisos turísticos con un renovado esplendor de noches jaraneras, colillas voladoras y el trasiego habitual de maletas y gentes de paso. Hace unos días, curioseé por internet las tarifas del piso de marras: 4 noches, 4 adultos, 1.600 euros. No está nada mal para el propietario. La vida fenomenal.
La espiral de la libreta Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
El euríbor, los alquileres y otras fantasmagorías
Regresan los pisos turísticos con un renovado esplendor de precios y noches jaraneras
Solo el 3,5% de los vecinos consideran un problema a los pisos turísticos /
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