Artículo de Carles Francino Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El jardín de Borrell

La apuesta no sería fortificarnos para impedir la entrada de intrusos. Lo más inteligente sería esforzarse en cambiar el paisaje de la jungla

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

Las metáforas las carga el diablo. No sé si estuvo muy acertado Josep Borrell con lo del jardín y la jungla. Eso que dijo de que Europa sería el jardín, el resto del mundo la jungla, y que el jardinero tenía que espabilar para que no le arruinasen su trabajo. Si le ha llovido una somanta de palos -es verdad que algunos interesados y poco creíbles-será que seguramente no eligió bien. Pero yo estoy dispuesto a subirme a su tren si prescindimos de los supuestos efluvios neocolonialistas que algunos han creído advertir en ese discurso y lo convertimos en una reivindicación de las democracias europeas. Incluida la nuestra, claro. Con todas sus imperfecciones, el modelo político, económico, de convivencia y de derechos de este club al que pertenecemos desde hace casi 40 años, me sigue pareciendo, no sé si el mejor del mundo, pero sí algo por lo que merece la pena pelear.