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El Barça, Cruyff y los Mossos con Trapero al fondo

Josep Lluís Trapero. / JOSÉ LUIS ROCA

Durante años, el Barça vivió una fractura interna que impidió el buen funcionamiento del club. Johan Cruyff dejó tan buen sabor de boca como jugador y como entrenador que, durante años, Josep Lluís Núñez no quiso tener a ningún entrenador que le debiera nada al astro holandés o que pudiera reivindicar su forma de juego. En esa época, que va desde el Dream Team hasta el nombramiento de Guardiola de entrenador, ya con Laporta de presidente, Núñez siempre acusó a Cruyff de querer ejercer de presidente en la sombra. Pero para hacer ver que no le tenía miedo, lo que hacía era difundir que Cruyff trataba de hacer negocios con el club desde su ascedencia ante la afición. Unas veces le acusaba de influir en el precio de los jugadores para cobrar comisiones, otras de querer vender sus máquinas deportivas al club u otras, directamente, de comprar periodistas. El Barça estuvo partido en dos hasta que Laporta ganó las elecciones y aceptó, incluso presumió, de que Cruyff era el presidente en la sombra