Destruir sin sufrir daños en las propias filas es el sueño húmedo de cualquier estratega militar. De hecho, el principal factor de la disuasión nuclear es la imposibilidad de evitar sufrir las consecuencias en carne propia de un ataque al enemigo. Putin intenta resarcirse de las derrotas de las últimas semanas generalizando el uso de drones iranís para atacar Kiev y otras ciudades ucranianas. Es una cobardía sobre la cobardía. Pero como explica Adrià Rocha desde Estambul, el bajo precio de cada unidad, unos 20.000 euros, lo convierte en una opción viable para causar la máxima destrucción con el mínimo riesgo y el mínimo coste imaginable. Es lógico que un individuo acorralado como Putin juegue esta baza.
NEWSLETTER Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Putin y la guerra de los drones
Imagen del dron que ha atacado hoy en Kiev /
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