Los estudiosos del derecho llevan un par de décadas analizando lo que llaman “la ley compulsiva”. Según han comprobado, la información en tiempo real mezclada con el populismo político da pie a un exceso de actividad legislativa que acaba generando un incremento de normas muy a menudo de difícil cumplimiento. Legislar, además de popular, en muchas ocasiones es lo más barato porque, de entrada, no requiere poner más medios para las políticas públicas. Entra en vigor la ley de garantía integral de la libertad sexual que el periodismo hemos bautizado como la ley de “solo el sí es sí”. Esa ley es una respuesta que algunos pueden considerar compulsiva a la sentencia exculpatoria de la violación múlitple del caso denominado de “la manada”. Los jueces vinieron a decir que solo una negativa explícita protege a las mujeres de librarse de una violación salvaje. Por eso, la respuesta es que solo el consentimiento explícito puede considerarse una conformidad. Y todo lo demás es negación. Llegar a esa casuística que llega la nueva ley merece la burla de muchos. Pero la realidad se impone.
NEWSLETTER Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Ley del 'sí es sí': esas manadas que siguen sueltas
Cánticos machistas del Colegio Mayor Elías Ahuja dirigiéndose a las chicas del Colegio Mayor Santa Mónica de Madrid
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