Artículo de Carme Poveda Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

La economía: ¿de gris claro a gris oscuro?

Hay un factor importante de cara al futuro: la capacidad de las familias para consumir (y de las empresas para invertir) irá bajando a medida que la subida de tipos de interés se vaya trasladando a los créditos

Compra en un supermercado.

El análisis económico es complejo y más últimamente. Por eso, en función del economista con el que hables puedes encontrar un amplio abanico de tonalidades de grises, algunas tocando al negro carbón. La realidad es que la información de la que disponemos acepta matices. En la banda de grises claros (más optimista) hay que destacar las cifras de empleo, que muestran un dinamismo importante hasta septiembre y escasa afectación, de momento, de la crisis energética e inflacionaria. Sabemos que la variable más importante para sostener el consumo de las familias es el empleo, por lo tanto, las perspectivas económicas desde este punto de vista no parecen tan negativas a corto plazo como se podría imaginar. Otra información positiva es la evolución a la baja del precio de la electricidad, del petróleo, y de algunos metales (oro, acero, cobre) y otros 'inputs' que se utilizan de forma intensiva en la industria (aluminio, cobalto, zinc, hierro). En relación con los bienes agrícolas han seguido una tendencia a la baja entre mayo y julio, pero durante agosto y septiembre han repuntado ligeramente, a pesar de que se sitúan muy por debajo de los niveles de mayo. Este descenso de los precios de los productos que están en la fase inicial de las cadenas de producción tendría que contribuir a moderar la inflación en los próximos meses.