Limón & vinagre | Artículo de Pilar Garcés Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Isabel Preysler, la madre de Tamara la ‘despechá’, por Pilar Garcés

Su máxima, sigue con tu vida y no te escondas que el tiempo lo cura todo, la ha seguido su hija Tamara a rajatabla, logrando que la crisis dure lo mínimo, un nanosegundo en el metaverso

Isabel Preysler atiende a los medios de comunicación en 2019. / CARLOS R. ÁLVAREZ

Hay que agradecer a Tamara Falcó que haya quitado el foco informativo a Putin, a la inflación, al huracán Ian y demás desgracias que nos atenazan. El país ha seguido con el alma en vilo el fatal desenlace del compromiso matrimonial de la ganadora de Master Chef Celebrity 4, que duró 48 horas escasas al evidenciarse la infidelidad del novio. La traición no entiende de clases sociales, aunque últimamente se ceba con las altas para entretenimiento general. La marquesa de Griñón no quiso esperar a ver las fotos de su novio con otra en la portada de una revista como sufrió Cristina de Borbón, y se rindió a la primera evidencia palmaria del engaño. «Mamá me dijo que había más vídeos». Así relataba la joven malquerida, que se aferraba a un hilo de esperanza sobre la lealtad de su amado, el jarro de agua fría que la llevó a devolver el anillo de 14.000 euros que había lucido en las redes sociales, en todas las portadas de prensa digital y en la televisión. Mamá al teléfono. Mamá es Isabel Preysler, y hay quien la imagina elegante en su traje de noche en la recepción del embajador, mirando sonriente la cabeza del infausto Íñigo Onieva en la bandeja donde antes descansaba la dorada pirámide de bombones Ferrero Rocher.