Desde Rusia ¿con amor?

Vladimir Putin. / KONSTANTIN ZAVRAZHIN / SPUTNIK / EFE

Con la anexión de los territorios ocupados, la batalla del desgate en Ucrania no ha hecho más que empezar. Si alguien pensaba que la guerra se libra solo en el frente y que el avance tímido de las tropas de Ucrania iba a poner el resto hasta sacar al ejército rojo, tal vez no haya medido bien la estrategia que mejor controla Vladimir Putin: la resistencia. Desde que alcanzó la presidencia su mandato ha estado rodeado de guerras. Desde Chechenia hasta Ucrania, pasando por Georgia, o Siria no ha perdido en ninguna, aunque tampoco pueda decirse que las haya ganado. Resiste con la fuerza de las armas. Basta mirar cómo tiene el patio. Chechenia se mantiene con un dictador sanguinario que ha ido a matar a Ucrania, Georgia esta anestesiada con tanques vigilando cualquier maniobra hostil y Siria lleva camino de perpetuar al mismo dictador que provocó la guerra, solo que ahora su venganza es aún más cruel. Ucrania, tiene pinta de convertirse en una guerra larga de desgaste, con occidente permanentemente en el filo, incluyendo una amenaza nuclear