Cuando tenía 14 años abrieron en mi pueblo, Ejea de los Caballeros, un bar llamado Tiza. Mis padres no me dejaban ir, argumentando que allí me darían caramelos con droga. Eran los años 80. Como todos los adolescentes, yo tenía una función en la vida: estar en contra de las normas, ser crítico y ganar autonomía. Ahora, a mi edad, sé que todo eso es necesario para un correcto desarrollo.
Artículo de Francisco Castaño Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Los adolescentes necesitan autonomía y confianza
El hipercontrol solo sirve para que los padres estemos tranquilos, pero no para educar
Un grupo de adolescentes. /
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