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Barcelona no puede ser moneda de cambio para el PSOE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a Salvador Illa.

Los cuarteles electorales de los partidos están en modo municipales desde antes del verano. El inicio de curso ha intensificado los encargos a las empresas demoscópicas. Y en casi todos, Barcelona es el epicentro de sus preocupaciones. Es más que sabido que una parte sustancial del proyecto de Yolanda Díaz pivota sobre la necesidad de que Ada Colau repita como alcaldesa de Barcelona, ganando o no las elecciones. En el PSOE pintan bastos. No hay en el horizonte ninguna posibilidad real de recuperar alguna alcaldía o comunidad autónoma importante, más bien lo contrario. Una victoria en tromba del PP en las municipales haría prácticamente imparable la llegada de Feijóo a la Moncloa. De manera que en Ferraz y en el entorno de Sánchez se ha puesto la mirada en Barcelona vistas las buenas expectativas del PSC tanto en la capital como en el conjunto de Catalunya. La tentación de intervenir en la designación de los candidatos es real y los de Salvador Illa deberían mover ficha para impedir que los asesores de Sánchez pretendan actuar con una visión de Barcelona y de Catalunya de los años 80 del siglo pasado. Illa es el único barón territorial que ha hecho les deberes y ha recuperado el voto de Ciudadanos que en el resto de España se ha ido al PP después de abandonar al PSOE. Y hacer los deberes da derecho a decidir. La candidatura de Barcelona no puede ser moneda de cambio.