Artículo de Jordi Mercader Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El desierto acecha a los independentistas

La aspiración de obtener la mayoría social ha quedado a medio camino, por lo que tendrán que enterrar el mantra de una independencia de materialización inevitable e inminente

Manifestacion de la Diada en la avenida del Paral·lel de Barcelona / Manu Mitru

Los números no engañan y estos dicen que el independentismo ha fracasado en su propósito de ampliar la base social. El fracaso, certificado en la reciente celebración de su fiesta anual, debe ser atribuible a los muchos errores cometidos por sus dirigentes, sus partidos y sus entidades movilizadoras. Y también, claro, a la dificultad objetiva de pretender convencer a los incrédulos y a los partidarios de otros modelos institucionales para que abracen una idea que divide al país y que se ha venido expresando desde la pura descualificación de los no afectos. Primero fue aquel “no es demócrata quien no quiere el referéndum”; después llegó el “no es demócrata quien no se enfrenta al Estado en solidaridad con los independentistas judicializados” y, finalmente, “el buen catalán solo puede ser independentista”.