Carlos Lesmes engaña mucho. Seleccionando fragmentos de su discurso, adquiere una silueta de Robin Hood. Y sin solución de continuidad, emite un exabrupto antigubernamental de votante de Giorgia Meloni. El miércoles pasado pronunció una catilinaria de más de media hora, en la sala del Supremo donde se condena a los independentistas. Eso no se le hace a un Rey que preside el acto y viene amordazado por el protocolo. En realidad fue un dueto, porque escuchar al juez con la mirada puesta en un Felipe VI en ebullición era algo más que una invitación al estrabismo. La relación de los asaeteados por el presidente caducado del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial excede el objeto, y sobre todo la longitud, de este artículo.
Limón y Vinagre | Artículo de Matías Vallés Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Carlos Lesmes, siempre a punto de dimitir
Por extraño que le parezca al presidente del CGPJ, su desaparición del mapa político supondría un impacto inferior al aumento de una décima en la inflación
Carlos Lesmes da el discurso de apertura del año judicial ante el rey Felipe VI.
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