En el Nuevo Mirandilla, en esa hora de tensión y silencio, un inaudito episodio de agonía (que no es únicamente antesala del final, como muchos creen, sino también un combate para evitarlo), las famosas palabras del gran Bill Shankly se volvieron inconsistentes. Había dicho el eterno mánager del Liverpool: “El fútbol no es una cuestión de vida o muerte; es algo mucho más importante”. En Cádiz, descubrimos que no, que la vida es lo importante, y que, al final, tanto da el resultado. O al revés (y aquí tendría razón Shankly): que el fútbol es algo tan importante para vivir que se detiene cuando vivir es lo más importante. La racionalidad igual aconsejaba que no se reanudara el partido después de tanta zozobra (no solo por el impacto emocional, sino también por el muscular), pero hay normas y el calendario está muy apretado y nadie imaginaba volver un día laboral cualquiera a Cádiz para jugar un misérrimo cuarto de hora.
UN SOFÁ EN EL CÉSPED Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
La vida, la muerte y lo importante
Dos jugadores del Cádiz corren para llevar una camilla hacia la grada donde el espectador había sufrido el paro cardiaco. /
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