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Ausencias

Vista de la Diada en la plaza de Catalunya, en 1977.

Este año son noticia los que no van a la manifestación de la Diada. Ya era hora. No va el president de la Generalitat, Pere Aragonès. Junts lo critica con la boca pequeña. Mas no fue mientras era president. Al contrario que Puigdemont y Torra, quiso ser el presidente de todos. Tampoco van los 'consellers' de Esquerra. Anatema. Y tampoco va Oriol Junqueras. Enviado directamente a la casilla de 'botifler'. Òmnium pasa de puntillas. Todo movimiento político y social, cuando exige pureza, restringe su perímetro. Lo dejó cantado Pau Donés: la riqueza está en la mezcla. El independentismo ha pasado de intentar ser, en el 2012, una propuesta también de profundización democrática a ser un movimiento temeroso de la diversidad. Y algunos de sus portavoces, claramente excluyentes. O se someten al discurso de la España del 155, del gobierno de los jueces y del 'lawfare' o son expulsados. Por eso no hay en el manifiesto de la ANC palabra alguna contra los que utilizan la independencia para no rendir cuentas de las acusaciones de corrupción, y sí que hay puyas contra los que "aún" creen en la mesa de diálogo. Vaya, que si fuera el caso, los aplausos serían para Borràs y los silbidos para Aragonès. Curioso. El unilateralismo ha hecho todavía más inviable la independencia a corto plazo. Lo saben pero no lo dicen. Está en el subtexto del debate que publica Júlia Regué con los presidentes de la ANC.