El desliz | Artículo de Pilar Garcés Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El 'reset' de Rafa Nadal

Apeado del US Open, el tenista que lo ha ganado casi todo vuelve para ocuparse del próximo nacimiento de su primer hijo, expresando al fin que la vida está en otra parte

Nadal felicita a Francis Taifoe tras caer en los cuartos de final / Sarh Stier / Getty

Después de perder este lunes contra el estadounidense Frances Tiafoe (26 del mundo, 24 años) en octavos del US Open, Rafa Nadal (número 3 del mundo, 36 años) afirmó: «Necesito volver a casa. Tengo cosas mucho más importantes que el tenis que atender», en referencia al embarazo en el último trimestre de su mujer, Mery Perelló, hospitalizada desde hace más de dos semanas en una clínica privada de Palma. En la sincera justificación del deportista en relación a su mal juego («tenía que hacer un esfuerzo aquí, y lo hice; no ha salido como me habría gustado») importan el qué dijo y el cómo lo dijo, pero sobre todo el cuándo. Y el cuándo es después de la derrota en la cancha, no antes, en la victoria. No tras ganarle el domingo a Richard Gasquet, por ejemplo, o hace una semana a Fabio Fognini. La competición al más alto nivel exige una dosis de entrega y una organización de las prioridades difíciles de digerir para los profanos. Nadal, que apura una carrera apabullante que le ha obligado a sacrificios igualmente penosos, ha comprendido por las malas que, como escribió Kundera, la vida está en otra parte. El entrenador del Barça de baloncesto Sarunas Jasikevicius dio una pequeña lección magistral al respecto en 2017, que se viralizó por lo inusual en el machista entorno del deporte. Como técnico en aquél momento del equipo Zalgiris Kaunas, de Lituania, fue cuestionado por un periodista por la ausencia del jugador Augusto Lima del partido, una semifinal de la liga de ese país, porque había sido padre dos días antes. «¿Qué pienso? Yo le dejé irse. ¿Tienes hijos? Cuando seas padre entenderás qué es lo más importante en la vida. Ni títulos, ni nada. Créeme. Augusto Lima está ahora en el cielo emocionalmente y estoy feliz por él».