Nunca habíamos temido tanto a Rusia. Ni siquiera en los años en los que la dictadura en España se alimentaba del odio hacia el otro lado del telón de acero habíamos tenido esta sensación de dependencia. Entonces el temor a lo que ocurría al otro lado del muro valía para justificar lo que pasaba aquí; ahora en cambio todo se atribuye al devenir de la guerra y a la voluntad de quien nos ha metido en ella. Todo lo que está ocurriendo en el regreso de estas vacaciones es achacable a Putin. Para empezar, estamos condenados a seguir al minuto lo que ocurre en el frente: que, si ahora avanzan las tropas ucranianas, o si por el contrario los misiles rusos provocan una nueva tormenta en Kiev. Pero más allá de la primera línea de conflicto hay otros frentes que nos dirigen aun con más fuerza al devenir de las decisiones que se tomen en Moscú. Que tengamos gas este inverno depende de que Rusia cierre el grifo o lo mantenga razonablemente abierto. Como consecuencia estamos pagando la energía a precio de oro y las cancillerías europeas ya no saben de donde recortar para evitar que con la especulación aumente una inflación desbocada.
Artículo de Rafael Vilasanjuan Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Dos frentes de guerra
Por ahora gana Putin, este era el escenario que esperaba para esta temporada: cuanto más frío sea el invierno más posibilidades de conseguir que la UE se resquebraje.
Gazprom to suspend gas deliveries to the French group Engie /
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