Artículo de Joaquim Coll Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

La lección que Gorbachov no escuchó

Pasqual Maragall pasea del brazo a Mijail Gorbachov por el Fòrum Urbano Mundial, que inauguró en el 2004. / DANNY CAMINAL

En octubre de 1990, Mijaíl Gorbachov visitó oficialmente España en compañía de su esposa Raisa. Otra de las novedades del dirigente soviético, además de su juventud en comparación con la gerontocracia de la época de Brézhnev, es que se exhibía en público con su mujer, a la que trataba con atención y respeto. En Madrid generó un nivel de interés de auténtica locura, e hizo también una veloz escapada a Barcelona para visitar las obras del Anillo Olímpico de Montjüic, el Museu Picasso, y asistir a una recepción en el Palau de Pedralbes. Como explica su biógrafo Willian Taubman, en España saludó a multitudes que le aclamaron a cada paso, forjó nuevas amistades y sobre todo disfrutó de las conversaciones "embriagadoras" con Felipe González sobre el destino del socialismo, el capitalismo y el futuro de la perestroika. Esa visita fue "el último bálsamo" para la pareja soviética antes de sumergirse en un mar de tensiones en Moscú que pondría fin a la URSS el 26 de diciembre de 1991.

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