Artículo de Emma Riverola Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Afganistán y Ucrania: que la admiración perdure

Quiero recordar a las supervivientes y resistentes de ambos países. A las escuelas secretas que permiten a las adolescentes afganas seguir estudiando. A las ucranianas implicadas en la resistencia civil

Emprendoras afganas en Kabul / EFE

Hace un año, las portadas de los diarios recogían la toma de Kabul. Afganistán ya era talibán. La conmoción fuera de sus fronteras se extendía más allá de los medios de comunicación y se colaba en las conversaciones cotidianas. Lamentos por la extrema violencia ejercida sobre sus ciudadanos, especialmente dura para las niñas y las mujeres. Durante estos últimos meses, la invasión de Ucrania ha eclipsado el foco informativo. Como si nuestra capacidad de soportar el dolor ajeno hubiera llegado a su límite. Las noticias que se cuelan sobre Afganistán solo aumentan la desazón. Un manto de invisibilidad cada vez más atroz sobre las mujeres. Atentados terroristas. Un terremoto devastador. Una epidemia de sarampión. Severa desnutrición de la población. Matrimonios infantiles a cambio de comida. El hambre, siempre el hambre.