Turistas en agosto Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

La Barcelona sin barceloneses

Atravesar la Rambla una noche de verano es un viaje en el tiempo, a un modelo urbano y de barrio desfasado y que ha desbordado hace años sus costuras. ¿Hay forma de revertir este fenómeno?

Un hombre toma el sol en la pasarela del Maremàgnum, ayer. / ALBERT BERTRAN

Los censos ponen cifras y detalle a fenómenos, el último que nos da un baño de realidad es el que apunta que esta semana la ciudad de Venecia acaba de alcanzar un hito histórico: ha bajado de 50.000 habitantes. 70 años atrás, los venecianos reconocidos en el padrón municipal eran 120.000. Movimientos migratorios, 'apartheids', guerras, catástrofes climáticas han empujado movimientos en miles de ciudades en la historia. En Venecia, la gente se va porque la turistificación de la ciudad los ha expulsado. Es una 'gentrificación' curiosa: los habitantes no se reemplazan, no llegan nuevos ocupantes más ricos, por ejemplo, que puedan soportar la presión financiera de los precios desorbitantes de la ciudad. Nadie quiere vivir en Venecia, pero todos quieren ir a visitarla y verla. ¿No es una paradoja?