El desliz | Artículo de Pilar Garcés Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Queríamos tanto a Olivia

Cómo se va a haber muerto esta semana, a los 73 años, la actriz cuya preciosa sonrisa nos acompañó desde la foto pegada en la carpeta escolar y en la pared al lado de la cama

Olivia Newton John con John Travolta

Lo primero que supe de 'Grease' es que el tumulto a las puertas del cine parroquial de mi pueblo fue de tal calibre el día de su estreno que hubo desmayos, además de empujones para entrar pronto y coger buen sitio. La turba adolescente se desbocó, se rompieron los cristales de las puertas, y el cura amenazó con cancelar la sesión, e incluso con clausurar para siempre la sala. Fue un milagro (para el fervoroso público) que no lo hiciera. Las películas ‘buenas’ tardaban unos años en llegar hasta nosotros, que nos conformábamos con 'Le llamaban Trinidad', 'Le seguían llamando Trinidad', películas de kárate malísimas, de guerra o lo que nos echaran. Salimos de 'Grease' enamoradas hasta las trancas. De su 'love story', de los bailes, de la música, de las chupas, de los coches, del fijador de pelo, de nuestra propia edad del pavo y sobre todo de John Travolta. Oh Danny. A partir de ese momento, casi todos los festivales de fin de curso del instituto incluyeron el número del coche, peines y brillantina en ristre, con más o menos acierto, pero nadie osó imitar el baile que cierra la cinta, el mítico 'You’re the one that I want'. Para eso hacía falta una impresionante Olivia Newton-Jones enfundada en cuero negro llevando la batuta. Faltaban unos años para que nos atreviéramos a tanto, teníamos que vivir todavía la transformación que ella encarnó, de niñas tontas a chicas listas. Cómo se va a haber muerto esta semana, a los 73 años, la actriz cuya preciosa sonrisa nos acompañó desde la foto pegada en la carpeta escolar y en la pared al lado de la cama. Oh Sandy.