Es evidente que llevamos un tiempo relacionándonos con el audiovisual de una forma ansiosa y estresante. Seguro que hay quien puede contra eso, quien sigue viendo películas y series a su ritmo, sin prisas, sin obsesionarse con las novedades. Pero dudo que, a día de hoy, esas personas con suerte sean mayoría. El miedo a dejar pasar, a perderse algo, síndrome que fue bautizado como FOMO ('fear of missing out', un término que da pereza usar pero no puede ser más acertado), también es extensible al consumo de películas y series. Sin embargo, no sé si vimos venir que ese estrés y ese miedo no se acabarían en la imposibilidad de hacer frente a una cantidad de películas, series y otros contenidos desorbitada e imposible de asumir.
Artículo de Desirée de Fez Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
El nuevo miedo audiovisual
Hay un temor a que nos dejen de golpe huérfanos de series que nos gustan mucho y a que no nos dé tiempo a ver, antes de que las quiten sin avisar, películas o series que teníamos pendientes
Fotograma de ’Batgirl’.
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